Proyecto educativo

Raíces tiene una mirada respetuosa para la infancia, acompañamos con dedicación y respeto a niños y niñas de 0 a 3 años, una etapa fundamental en su desarrollo.
Creemos firmemente que cada pequeño tiene su propio ritmo, por eso nuestra labor educativa se basa en el respeto profundo al desarrollo madurativo de cada niño y niña.
Nuestros espacios están cuidadosamente diseñados para ser cálidos, seguros y adaptados a sus necesidades e intereses. Ambientes que invitan al juego, al movimiento libre y al descubrimiento, donde cada rincón está pensado para fomentar la autonomía, la exploración y el bienestar.
Defendemos una crianza respetuosa, en la que la relación cercana, el afecto y la escucha activa son esenciales. Acompañamos a cada niño con empatía y presencia, ofreciendo un entorno donde se sientan queridos, valorados y comprendidos.
Nuestro enfoque se apoya en metodologías activas y vivenciales, que permiten a los niños aprender a través del juego, la experimentación y la interacción con su entorno. Porque creemos que el aprendizaje nace de la curiosidad, del asombro y de las experiencias significativas.
Priorizamos una atención individualizada y calmada, respetando los tiempos de cada niño, sus emociones, su necesidad de movimiento, de afecto o de descanso. Cada gesto y cada momento de la jornada son una oportunidad para acompañar con consciencia y cuidado.
Todo esto lo hacemos desde un compromiso profundo con la seguridad emocional. Sabemos que sentirse seguros, confiados y vinculados es la base para que los niños se desarrollen plenamente, en una etapa tan sensible y decisiva como la primera infancia.

Metodología

Nuestro enfoque se apoya en metodologías activas y vivenciales, que permiten a los niños aprender a través del juego, la experimentación y la interacción con su entorno. Porque creemos que el aprendizaje nace de la curiosidad, del asombro y de las experiencias significativas.
Priorizamos una atención individualizada y calmada, respetando los tiempos de cada niño, sus emociones, su necesidad de movimiento, de afecto o de descanso. Cada gesto y cada momento de la jornada son una oportunidad para acompañar con consciencia y cuidado.
Todo esto lo hacemos desde un compromiso profundo con la seguridad emocional. Sabemos que sentirse seguros, confiados y vinculados es la base para que los niños se desarrollen plenamente, en una etapa tan sensible y decisiva como la primera infancia.